¿Lo sabía usted?

Estos aliados pueden ser organizaciones internacionales, organizaciones regionales u organizaciones nacionales o locales. Leer+

Chen Lichuan

Chen Lichuan, journaliste chroniqueur de la revue Dialogue Transculturel (Chine), directeur de l’Association Culturemedia (France), administrateur de l’Institut de recherche et débat sur la gouvernance (IRG-France).

¿En qué actor mundial se convertirá China?

 

Desde la primera Guerra del Opio, el navío de la modernización china ha conocido un sinfín de reveses y contratiempos y, a día de hoy, sigue encontrando en su travesía un sinfín de escollos y otros peligros. Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y la Exposición Universal de Shanghái 2010 ponen de manifiesto el éxito de la política de reforma y apertura desarrollada a lo largo de los treinta últimos años, pero los chinos saben perfectamente que su sociedad no ha entrado aún en una era de paz y prosperidad y que las dificultades son numerosas en los planos económico, político y sociocultural. Desde el punto de vista económico, el crecimiento chino en los últimos treinta años no ha sido un objetivo exclusivamente asignado a la economía, sino que ha constituido en sí mismo un interés político mayor. En otras palabras, la economía china no es exclusivamente un modo de enriquecimiento, sino que representa la base de la legitimidad del poder político. Desde el punto de vista político, China aún tiene que construir el marco institucional que garantice el éxito final del proceso de transición hacia la modernización. Ahora bien, mientras la puesta en marcha de tal estructura política no se puede llevar a cabo sin el partido en el poder, por otro lado, tampoco puede confiarse enteramente en él para su realización. En el actual contexto de partido-estado, el hecho de esperar que el partido en el poder resuelva los problemas del control y equilibrio de los poderes, de la independencia de la justicia, de la nacionalización del ejército, de la libertad de prensa, etc., representa un desafío tan difícil y sorprendente como el de pretender practicarse a sí mismo una operación de corazón, de hígado o de riñones. Desde el punto de vista cultural, la China actual se presenta como un cuerpo híbrido compuesto por una cultura tradicional antigua, así como por una cultura socialista y una capitalista, ambas importadas del Occidente moderno y contemporáneo. Hasta ahora, el choque y la amalgama de estos tres componentes culturales no ha dado lugar, ni a un nuevo sistema de valores, ni a un nuevo orden social. Imaginar una simbiosis de civilizaciones en la que se reconozca lo mejor de cada una constituye un gran desafío cultural. En la práctica, se trata de conciliar dos enfoques de la sociedad humana, uno fundado en los derechos y otro fundado en la convivencia (denominada en China «sociedad armoniosa»), es decir, de encontrar un equilibrio entre el espíritu colectivo, la exigencia de la comunidad y la necesidad de autonomía e independencia del individuo. China enfrenta toda suerte de complicaciones generadas por el período de transición por el que pasa actualmente la sociedad y, al mismo tiempo, se encuentra en la difícil tesitura de tener que asumir las responsabilidades correspondientes a un gran actor mundial, debido al aumento de su poder, a su peso en la economía global y a la interdependencia de las sociedades humanas en el contexto de la globalización. Ha pasado de una época en la que apenas podía expresar su punto de vista, en la que no se le tenía en cuenta, a una época en la que China es considerada una potencia cuya presencia es necesaria a la hora de buscar soluciones a los grandes problemas del planeta. Para la sociedad china, el nuevo papel del país en la escena internacional se traduce en un nuevo problema a resolver: ¿qué hay que hacer para ser un gran actor mundial? ¿Cómo hay que comportarse si se es dirigente, e incluso simple ciudadano, de una gran potencia? ¿En qué clase de actor mundial se convertirá China? Tal es la cuestión que el mundo plantea a China y que China se plantea a sí misma. Ahora bien, esta cuestión se encuentra íntimamente ligada a otro interrogante: ¿Qué mundo espera construir China?

 


Chen Lichuan, periodista cronista de la revista Dialogue Transculturel (China), director de la Asociación Culturemedia (Francia), gerente del Instituto de Investigación y Debate sobre la Gobernanza (IRG-Francia).

 

Puede descargar el archivo en pdf aquí (fr).

 

Agenda

RENCONTRE PUBLIQUE SUR LES BIENS COMMUNS

Pour la Transition, une économie du partage de la connaissance et des biens communs.

OBJECTIF PLANCTON

Action de science participative originale menée à Brest et à Lorient en partenariat avec Plancton du Monde.

AMENAZAS PARA LA PESCA EN EL MEDITERRÁNEO

24 de mayo 2014: visita y charlas en Vinaroz, región de Valencia.