Por todos lados y en todo momento, se oye hablar de la “crisis económica”. Es como si, en el caso de Europa, bastara con volver a poner la economía en los rieles del crecimiento para que todo se arregle: volveríamos entonces a reencontrarnos con la felicidad, la solidaridad y el optimismo, y hasta con la salud.

Como si el mensaje de la primera “enviada especial” de los economistas llamados neoliberales, la señora Thatcher -“no hay alternativas”- hubiera pasado tan bien que fue completamente incorporado por casi todas las principales fuerzas políticas y en casi todos los continentes.

A los pueblos les gustarían creer que las alternativas económicas y monetarias existen pero ¿quién habla de esas alternativas a los ciudadanos electores? ¿No es acaso evidente que uno de esos factores claves del “choc” de las elecciones europeas de finales de mayo 2014 es precisamente que los grandes partidos tradicionales no hablan nada y no proponen otras maneras de ver la economía y de organizar la vida económica?

Y ahora resulta que los jóvenes aprendices-economistas, ellos mismos, lanzaron una alerta sobre la falta de pluralismo en las instituciones donde han elegido formarse (www.isipe.net/home-fr). Han entendido que el pensamiento único no puede resolver la crisis, forzadamente mundializada por la naturaleza misma del sistema económico y monetario en el cual nacieron.


De esa falta de pluralismo resulta no solamente un “monoteísmo” político dentro de los gobernantes de los estados-naciones y de sus instancias intergubernamentales, pero también una especie de auto-censura intelectual en aquellas y aquellos que podrían -y deberían- facilitar las articulaciones entre alternativas que sí existen a nivel local -y de transformaciones económicas necesarias a otras escalas.


La red Tierra Ciudadana y nosotros, los aliados de la FPH (Fundación Charles Léopold Mayer para el progreso del hombre), tenemos la responsabilidad de actuar: de concebir/conceptualizar esas transformaciones, de visualizar en la práctica las articulaciones entre los niveles micro-, meso- y macro-, de participar a la re-localización, a la de-materialización... en fin, a una economía en sintonía con nuestros valores. Todo eso debe basarse en el análisis y la difusión de ejemplos reales, lo que exige de poner los operarios, los profesores e investigadores, los críticos, el mundo de la política y los movimientos de la sociedad civil a la obra.

¿Cuáles son las herramientas de la transición económica? ¿Qué relación se quiere entre la producción, la distribución y el consumo? ¿Cómo incorporar en los precios las externalidades que amenazan con destruir nuestras sociedades y nuestro planeta -costos ecológicos y sociales a la evasión fiscal? ¿Qué es un precio justo? ¿Qué enseñanza podría aportarnos una cartografía de las alternativas existentes y en construcción?

En nuestro pequeño mundo de la economía internacional del banano, tratamos esas difíciles preguntas poniendo al rededor de la mesa una diversidad de actores económicos y sociales, explorando la viabilidad de las diferentes miradas en relación a la repartición del valor de este sector, tratando de ver como llegar a una situación donde todos los actores obtengan una remuneración decente por su trabajo, y de encontrar formas de reproducir y de distribuir un fruto que fuesen coherentes con una economía duradera, ética, plural y solidaria.

Es un trabajo en marcha, un trabajo muy imperfecto, con avances y todo tipo de obstáculos que uno puede imaginar, pero creemos en ello y pretendemos construir una experimentación basada en valores éticos que los distintos actores podrán, gradualmente, apropiarse. Habría que multiplicar estos esfuerzos de multi-actores para así crear redes duraderas y más justas en otros sectores, y tratar colectivamente las preguntas mas amplias y mas complejas del cómo de la transformación económica necesaria

Nuestra red, me parece, está muy bien situada para tomar un rol pro-activo en esos procesos.

Alistair Smith
Banana Link
(organización fundada en 1996 que trabaja por un comercio bananero justo y sostenible)

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