Hemos conversado con Pierre Vuarin, responsable de programas en la Fundación Charles Léopold Mayer para el progreso del hombre (FPH) y cofundador de la Alianza internacional Tierra Ciudadana. La realidad, ahora reconocida, de una mercantilización de la sociedad y la perdida de comunes tiene un efecto desastroso que nos lleva directo en un muro nos insiste ese ingeniero agrónomo, y para quien la red Tierra Ciudadana, y la Universidad internacional Tierra Ciudadana, son simplemente pertinentes e importantes hoy en día para hacer surgir pistas de acciones concretas entorno a encuentros temáticos, procesos de formación y el compartir conocimientos.

¿Cómo se ha articulado el proceso de constitución de las redes Tierra Ciudadana y luego de la Universidad internacional Tierra Ciudadana?

Es una larga historia que se inicia hacia el año 1992 con la creación de una red sobre agricultura campesina, la red APM, inserta en un programa de trabajo con la Fundación Charles Léopold Mayer (FPH) en los años 1992-1993; se crearon entonces redes de agricultura campesina, de expresión de campesinos y de reflexión acerca de la mundialización; también sobre la formación de líderes campesinos para justamente confrontarse a esa mundialización; también hubieron creaciones de redes a nivel de una región del mundo, con técnicos, ONGs, algunos investigadores, etc., ese es el fondo. A su vez, con todo un proceso de intercambio a nivel internacional sobre distintos temas: los transgénicos, el desarrollo rural junto tomando en cuenta el medioambiente, el tema de las políticas de regulaciones internacionales, ya entonces desde el GATT y la OMC; y las políticas agrícolas-regionales como la PAC (Política Agrícola Común), por ejemplo, y por supuesto la formación. De hecho, ya entonces, la formación de campesinos se hacía desde la constitución y el desarrollo de organizaciones campesinas.

Después de variadas evoluciones, el año 2003 la red se recompuso desde los encuentros y por las nuevas organizaciones que se habían creadas desde entonces, pienso en la APMM, en el Foro Mundial de Pescadores, a ONGs en Vietnam o en Albania, a nuevas organizaciones campesinas... y entonces la red llamada Tierra Ciudadana se constituyó, siempre ligada con la FPH, y ha favorecido desde entonces un trabajo de participación y animación junto a personas de la sociedad civil; los encuentros se fueron creando todos los dos años, se hizo un sitio web y entonces ciertas temáticas fueron apareciendo como el de la soberanía alimentaria en las ciudades, la formación de campesinos, de líderes sociales y de ciudadanos, el tema de los transgénicos, el acaparamiento de tierras y de los bienes y, últimamente, el tema de los Comunes.

Entonces, en ese contexto, el tema de la formación puso en evidencia que un proceso de formación de las personas estaba en marcha desde esos encuentros y a través de metodologías ya usadas por las personas; nos llevó a la idea de lo pertinente de hacer acciones de formaciones locales pero que no era tan fácil de hacer; desde un punto de vista del financiamiento, y para hacer vivir esas dinámicas pedagógicas, de formaciones y acciones, la idea de crear un “sombrero global”, es decir un sombrero a nivel internacional que pudiera ir favoreciendo los intercambios entre las experiencias y que reforzaría las dinámicas de formación y de acción, llevó entonces a la aparición de la Universidad internacional Tierra Ciudadana, UiTC, en el 2006. Construir una universidad, desde la red Tierra Ciudadana, suponía tiempo y también saber lo que se quería hacer; se necesitaba que existiera ciertas formas de acuerdos y nos demoramos cerca de cuatro años en poder avanzar y ya el año 2010, la UiTC estaba en marcha. Ahora ya existe y desde el 2012 hay una puesta en marcha con un instrumento de formación y con la asociación de distintas organizaciones y dinámicas de trabajo.

¿Cuáles son los desafíos de esa dinámica de formación para la red Tierra Ciudadana y la UiTC?

Empezaría constatando, al igual que mucha gente, que vamos directos en un muro si seguimos con los sistemas de desarrollos que tenemos ¡Tenemos un solo planeta, no tres o cuatro! El cambio climático está modificando muchas cosas, la disparidad de las situaciones y de los ingresos es extremadamente fuerte y ya no es posible continuar en esa vía. Hay entonces cierta conciencia que existe, de una gran cantidad de personas a lo largo del mundo, acerca de esas temáticas. Pero luego, la pregunta es, ok, si compartimos eso ¿Cómo hacer para cambiar no solamente la situación en un país o en una región del mundo, de norte a sur, entre pobres y ricos, pero a su vez cómo implicamos al máximo de gente para cambiar en profundidad las situaciones? Un cambio realmente sistemático. Edgar Morin habla, por ejemplo, de “metamorfosis”, porque todo cambia en profundidad desde un punto de vista económico, social, cultural, ecológico... ¡Es un gran desafio! Pienso que el desafío mas profundo está frente a nosotros y pienso que esa pregunta se la hacen tanto la sociedad civil como las ONGs, las universidades, las personas con responsabilidades, pero a su vez también la FPH, la UiTC y la Alianza Tierra Ciudadana ¿Por qué proceso debe suceder? ¿Qué tipo de practicas, qué tipo de acciones y por qué tipo de formaciones?

Creo que a nivel de la FPH hay también un gran desafío sobre cuáles son las prácticas puestas en marcha que puedan permitir un cambio profundo de situaciones y a su vez de las personas, individualmente y colectivamente. Pienso que Tierra Ciudadana (AiTC y UiTC) puede jugar un rol encontrando y valorizando acciones que existen, ligadas a la formación o a la transformación de situaciones, y que son realmente pertinentes ya que tocan la sociedad en lo mas profundo. Pienso al encuentro que se realizó en Guérande, hubo una dimensión pedagógica, una dimensión del encuentro en sí, movilizando contribuciones con estudios de casos, permitiendo a gente expresarse, reflexionar, permitiendo a la gente compartir viendo otras experiencias completamente distintas a las afueras de Guérande y con todo un proceso de compartir emociones ; un proceso simbólico desde una marcha, unidos, que permite volver hacia uno, que permite la integración de todas esas emociones y de todos esos conocimientos que pueden ser elementos innovadores y creadores de nuevas ideas y de nuevas estrategias, de refuerzo de los lazos entre la gente. Es portador de transformaciones profundas. Es un ejemplo que vemos desde las prácticas como la de los community organizing en Grenoble, con orígenes en la educación popular, u otros grupos que trabajan sobre la transformación positiva de conflictos, como el IECC, es un tema fuerte de cómo tratar los conflictos en los grupos y en las sociedades. Cómo se trata la complejidad de las situaciones con las cuales uno se encuentra, qué significa y cómo hacerlo en la practica.

El U-process es una metodología que ustedes usan seguido en sus encuentros ¿En qué consiste?

Es una tecnología social que permite trabajar con diferentes personas para cambiar profundamente situaciones. Es una herramienta que hemos utilizado bastante en Tierra Ciudadana, proviene de personas que han teorizado ese tipo de práctica como Peter Senge, Adam Kahane y Joseph Jaworsky, que son parte del MAT de Boston y que se preguntaron: ¿Cómo los líderes, una cierta cantidad de personas, llegan a innovar y desde qué proceso llegan a su vez a cambiar situaciones? El primer punto consiste en reunir la gente interesada por un tema, que estén motivadas para remover y cambiar las cosas y aun si provienen de medios muy diferentes. El caso es primero observar, observar y observar, es decir abrir su espíritu para mirar e ir a ver lo que sucede en otro lado, ver en qué se está y luego compartir sus emociones y sus sorpresas en referencia de lo que se ha visto.

El segundo movimiento es volver a uno mismo, volver al grupo y preguntarse: “¿Qué hago y cómo, desde mi experiencia eso se integra?” Entonces, se opera un movimiento muy interno donde uno trata de hacer subir los conocimientos profundos que tenemos en nosotros y que se pueda uno decir que quizás hay una idea ahí, que tengo una nueva mirada del mundo y de las cosas... Primero, entonces, un trabajo de observación, de exteriorizar, y luego de “interiorizar” y finalmente de cristalizar, de ligar el corazón y la mano para actuar lo más rápidamente posible en algún lugar y lo mas concretamente posible para avanzar hacia un objetivo.

Es un movimiento bastante natural de creación, como el pintor observa, siente las cosas y luego vuelve hacia el mismo para inspirarse y también, y es muy importante, para tomar en cuanta la globalidad de las cosas es decir tratar de sentir cómo todas las cosas están ligadas y no separarlas, y luego poder actuar, pintar, crear, tener una idea, etc. Es un procedimiento que crea condiciones a relaciones favorables.

¿Cuáles serían hoy en día, según usted, los desafíos de nuestro planeta?

Creo que en muchas sociedades hay una crisis de las relaciones entre la gente. Hay una mercantilización de la sociedad y una perdida de los comunes, de todo lo que es compartir las riquezas, de gestionar en común, de organizar, de vidas donde la gente organizan ellos mismos las reglas de vidas entorno a los recursos naturales, entorno al conocimiento, etc. Pienso que la gente está perdida. Hasta ahora, había esperanza que el progreso iba a resolver muchas cosas y que había felicidad en perspectiva, pero ahora las personas se dan cuenta que el futuro será quizás mas difícil que el pasado a pesar de todas las revoluciones tecnológicas que nos reodean. Hay una incertidumbre en relación al futuro que crea mucha destreza. El hecho también de la perdida de esa calidad relacional entre la gente, más la pérdida de marcas e identidad, hace que la gente se sienta perdida y que pueda efectivamente ir hacia la extrema derecha o colgarse a cualquier cosa. Creo que es un punto importante que encontramos en muchas sociedades. Entonces, la cuestión de los Comunes, en que la UiTC y Tierra Ciudadana se han comprometido, me parece particularmente pertinente e importante. Es reconstruir el “vivir juntos”, crea le confianza entre la gente, el placer de vivir en algún lugar, de compartir y, por ende, de reconstruir los fundamentos de la sociedad y de la democracia.

Contactado por Diego Olivares.